La tarta mousse de chocolate es un postre delicioso que no te dejará indiferente. Con su textura ligera, rica y aireada, es ideal para servir en veladas especiales. Esta receta es perfecta si buscas un postre que sea achocolatado y a la vez ligero, convirtiéndose en una opción ultra gourmet, suave y muy agradable al paladar.
Para preparar esta exquisita tarta mousse, necesitarás varios ingredientes que se combinan para crear un sabor excepcional. Comienza por reunir 75 gramos de azúcar glas, una cucharada de extracto natural de vainilla, una pizca de sal, y ocho huevos grandes, de los cuales separarás las claras y las yemas. También necesitarás 100 gramos de azúcar moreno claro o azúcar moreno, además de 300 gramos de muy buen chocolate semidulce o chocolate de postre y 60 gramos de chocolate con leche. Por último, asegúrate de tener a mano 170 gramos de mantequilla.
El proceso de preparación inicia precalentando el horno a 180ºC y poniendo una tetera a calentar agua. Luego, forra el fondo y los lados de un molde desmontable de 22 cm de diámetro con papel aluminio, asegurándote de que quede hermético para la cocción a baño maría. Coloca este molde en una fuente para hornear de lados altos.
Derrite el chocolate junto con la mantequilla a baño maría o en el microondas y deja enfriar. En un bol aparte, bate las yemas con los dos tipos de azúcar hasta obtener una mezcla pálida y cremosa que forme una cinta al levantar el batidor. Añade la vainilla y la sal, y, por último, incorpora el chocolate caliente.
En otro recipiente, bate las claras de huevo hasta que estén a punto de nieve. Agrega una cucharada grande a la mezcla de yemas, incorporando con suavidad el resto con una espátula para mantener la ligereza de la mezcla. Vierte esta masa en el molde forrado con papel de aluminio, y añade agua hirviendo hasta alcanzar una altura de 2,5 cm antes de deslizarlo con cuidado en el horno.
Cocina la tarta durante 50 minutos a 1 hora. El interior quedará muy suave, como una mousse, mientras que la superficie deberá estar cocida y seca. Una vez transcurrido el tiempo, retira el molde del baño maría y deja enfriar completamente sobre una rejilla antes de desmoldar. Este paso es delicado, ya que deberás quitar suavemente el papel de aluminio, teniendo en cuenta que la textura es extremadamente blanda y frágil. No podrás despegarlo del todo de su base de aluminio, pero podrás quitar el exceso fácilmente cuando lo coloques en el plato de servir.
Si lo deseas, espolvoréalo con azúcar glas antes de servir, acompañado de crema fresca y, por qué no, unas frambuesas. Con esta receta, disfrutarás de un postre realmente especial que seguramente impresionará a tus invitados. ¡Buen provecho!